El dia era soleado.El dia era feliz.El dolor invade hoy mis huesos. Ninguno se salva. Mi alma mucho menos.Mis facciones se fruncen. Mi cara no quiere sentir lagrimas, no quiere mojar sus ojos.Brillan.Si de noche lloras, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas se repite una y otra vez.Vuelve a hacer fuerza para pasar la pelicula de ese dia soleado nuevamente en su cerebro.Las sillas eran blancas, de hierro.Si mal no lo recuerdo, los almohadones de esas sillas siguen igual.Ella estaba ahi. Hermosa. Rubia, con esos ojos celestes que nunca van a salir de mi cabeza.Habia vasos sobre la mesa.El patio se veia brillante reflejando el sol sobre el cabello rubio.Yo me sentia inferior.Era mas baja que ella.Inferior, no porque ella se sintiera superior, sino porque yo queria que ella se sintiera asi.Sus palabras, historias, memorias, generaban que mi cara se estirara formando una sonrisa.Muchas veces, esa sonrisa fue forzada ya que esas historias las habia oido muchas veces.Pero esa vez no, relamente la amaba.Hay quienes dicen que el amor no dura para siempre.Yo a esa mujer, y a su hija, las amare para la eternidad.La eternidad no termina cuando termina la vida. Cuando este lejos, lejos, bien lejos mi alma, yo seguire amando. Amando con todas mis fuerzas.A quienes hicieron mi vida feliz.A esa mujer que hoy intenta salir.La voy a amar hasta lo imposible.Y ahi vuelven las lagrimas. Y esta vez mi cara no intenta pararlas.Porque saben que las causo el amor.
- Para mi abuela.
domingo, 21 de diciembre de 2008
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